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Entrevista Dr. Pearl y extractos libro

Extractos del Libro “La Reconexión Sana  a otros, sánate a ti mismo” del Dr. Eric Pearl.

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El papel del sanador
Por comodidad, a veces hago referencia a mí mismo como «sanador», pero la verdad es que no lo soy. Yo no curo a nadie. Tú tampoco. Si eres un sanador, o deseas serlo, tu tarea consiste simplemente en escuchar y así, abrirte para recibir la energía que te permite que seas el catalizador para la sanación de tu paciente. La sanación es una decisión acordada entre el paciente y el universo. Capitulo 13.

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Como «sanadores», nos convertimos en un eslabón de la cadena de la reconexión. La energía de sanación viene de la Fuente, fluye por dentro de nosotros, y a través de nosotros, emanando de nosotros y hacia nosotros. Esta energía es como la luz que pasa a través de un prisma. Somos el prisma. Unimos al paciente y al universo para generar un campo mutuo de amor -en el sentido más amplio de la palabra- y un estado de unidad. El universo reconoce las necesidades de los pacientes que proporcionan las circunstancias para permitir la respuesta apropiada a esas necesidades. Cap. 13.

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La verdadera naturaleza de la sanación
La mayoría de la gente, cuando piensa en «sanar», se centra en la idea de alguien que sufre una dolencia o lesión y «se pone mejor». Pero, ¿qué significa «ponerse mejor»? ¿Mejor que qué? ¿Mejor de lo que estaba en algún momento de su pasado? ¿Mejor de lo que está otra persona? «Ponerse mejor» es una definición muy pobre respecto a sanar. Pensar así nos priva de nuestro derecho básico a estar en comunión directa con Dios/Amor/Universo; y por tanto de ser seres autosuficientes, autosana-dores. Curar, tal y como se suele pensar, puede consistir perfectamente en aliviar síntomas, enfermedades, achaques y otras molestias que impiden el funcionamiento total. Pero sanar es también devolverle a la persona su integridad espiritual. En esencia, sanar consiste en la liberación o eliminación de un bloqueo o interferencia que nos ha mantenido apartados de la perfección del universo. Además, sanar tiene que ver con nuestra evolución e incluye también la reestructuración evolutiva del ADN y nuestra reconexión con el universo a un nivel nuevo. Capitulo 12.

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¿Por qué «RE-conexión»?
¿Por qué «RE-conexión»? Todos los que existimos tenemos limitaciones. Como demuestra la historia, la humanidad en conjunto lleva mucho tiempo desconectada de las líneas de energía que nos permiten estar en armonía con nuestro propio cuerpo; con los campos de energía de los que están a nuestro alrededor; con las líneas Ley de nuestro planeta; y, partiendo de eso, con la cuadrícula energética del universo entero.

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¿Cómo sucedió esta separación? Quizá el relato de la conspiración de las Pléyades sea cierto. Quizá no. No puedo asegurarlo, pero sí puedo asegurar que nuestra suerte puede no haber sido siempre la misma. Todas las culturas de la historia -desde las civilizaciones prebíblicas hasta los antiguos griegos (a los que veneramos como fundadores de la civilización occidental)- narran relatos sobre un antiguo mundo más perfecto. Sin guerras, sin dolencias, sin enfermedades. Shangri-La. Atlantis.


Entonces sobrevino algún tipo de Caída, una ruptura con las fuerzas que nos unen en el amor y la felicidad. Una separación. Algunos localizan ese evento en el Jardín del Edén. Otras culturas lo atribuyen a una época anterior a ésa.


El relato, con variaciones poco importantes, es universal, está encerrado en el inconsciente colectivo de la raza humana, marcado en nuestros genes.


En mayor o menor medida, el fenómeno de la Reconexión nos hace retroceder dentro de nuestros recuerdos intrínsecos hasta esa edad de oro y nos liga a la sensación original de conexión profunda con la vida. Aún así, no se trata simplemente de volver atrás; también se trata de avanzar hacia algo nuevo. De esta integridad proviene la sanación. Verdadera sanación. Sanación evolutiva.


A pesar de lo dicho acerca de «volver», lo cierto es que la sanación de la que estamos hablando no la teníamos con nosotros desde un principio. En otra época, nuestra especie tenía una conexión más completa e «íntegra»; por lo tanto, no hacían falta frecuencias específicas para reconectarnos. Lo que sí hemos tenido desde un principio es la capacidad para elevar nuestro consciente colectivo hasta el nivel en el que podemos aceptar y alojar frecuencias de este tipo. Por fin hemos alcanzado ese nivel y el universo ha decidido que es hora de presentarlas. Cap. 12

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Masa crítica
Llegará un momento -en un futuro no muy lejano- en el que ya no necesitarás hacer un viaje ex profeso para verme a mí, o a alguien más, para «sintonizarte» con esta nueva banda de frecuencias. Pronto estarás sentado en un teatro o en un avión o en un autobús y simplemente captarás la nueva resonancia de la persona sentada a tu lado. Incluso se transmitirá genéticamente a generaciones futuras. Durante los seminarios que imparto he visto que este fenómeno está empezando a ocurrir; con frecuencia los participantes son sintonizados espontáneamente a niveles de destreza progresivamente más altos. Conforme yo voy desarrollando esta capacidad, también se transmite a un nivel más elevado a los participantes en el seminario siguiente. Y dado que aparentemente todos estamos unidos al mismo nudo central de comunicaciones, aquellos que hayan estado en seminarios pasados descubrirán que también dan esos saltos automáticamente.

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Este fenómeno concuerda con los estudios del científico inglés Rupert Sheldrake, principal defensor del concepto «masa crítica». En un experimento clásico, se separaron ratones en dos grupos. Durante media docena de generaciones, a uno de los grupos se le hizo recorrer regularmente un laberinto complicado. Al otro grupo se lo mantuvo enjaulado y sólo se lo sometió a la prueba ocasionalmente. Los resultados de este experimento fueron significativos: en el grupo sometido a la prueba del laberinto, cada nueva generación siempre partía del nivel de destreza que habían logrado sus predecesores. Y lo que es más llamativo: cuando a los ratones que no se habían sometido a la prueba se los colocaba en el laberinto, también partían del nivel de destreza de los ratones acostumbrados a la prueba. A este fenómeno se le conoce también como la «teoría del gurú» o, más comúnmente, la «teoría del centesimo mono». De un modo u otro, la Reconexión nos prepara para realizar la transición hacia el cambio que se está produciendo ahora mismo. Seguimos nuestro camino evolutivo hacia la inevitable reestructuración del ADN, sin tener que esperar al proceso lento y arbitrario de la mutación a través de las generaciones y de la selección natural. En este momento estamos dando los primeros pasos hacia la Reconexión. Somos la vanguardia que transporta la nueva ola de sanación al frente de lo que se confirmará como el siguiente paso de la evolución humana. Cap. 12

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